¡Invitación! Es la herramienta utilizada para que vuestros invitados asistan a la fiesta/boda. Sin ella, no sabrían que tienen un evento y, como consecuencia, no se presentarían.

¿Hay varios tipos de invitación? Infinidad. Generalmente se suele entender por invitación esa bonita tarjeta (los más creativos) o mensaje de WhatsApp (los más directos) enviados a los asistentes. Pero os aseguro que existe un abanico mucho más grande de posibilidades. Y que cada una de ellas resulta ser un detalle muy bien recibido.

Voy a empezar con las más clásicas. Una tarjeta dentro de un sobre usando una tipografía de ordenador, lettering con pincel, con rotulador o con acuarela. Este formato es el más típico de invitación. Ya que se pueden hacer diseños gráficos muy atractivos, adecuándose a cada tipo de fiesta/boda.

Las formas de envío pueden ser vía correo postal o en mano.

Con estas formas se consigue despertar una ilusión en el invitado. ¿Cuántos de vosotros no os gustaba cuando erais pequeños recibir las postales de los lugares donde habían estado vuestros amigos en las vacaciones de verano? Hacía ilusión, ¿verdad? ¡Abrir el buzón y que no fueran cartas del gas natural! Pues con este estilo, los anfitriones podéis tener un detalle más cercano con vuestros invitados. La invitación de entrega en mano, es la más confidencial y la que genera más sensaciones. Porque no hay mayor alegría que ver la reacción de un amigo o familiar al recibir una gran y buena noticia. Una de las otras ventajas es que te aseguras que reciban la invitación.

Si nos adentramos en el mundo 2.0 las invitaciones son en formato digital. Ya sea en pdf, email, GIF o mensaje de texto. La ventaja de éstas es que al ser digitales se pueden incorporar los colores RGB (más variedad de colores, ya que no va a requerir de la impresión) e imágenes y emoticonos en movimiento. Además de la facilidad de entrega, ¡que con un click es suficiente!

Sin embargo, con estos formatos se pierde un poco el cara a cara, la interacción y la cercanía. Se podría decir que es un poco más frío.

Pero las invitaciones no se terminan aquí. Se puede innovar y utilizar objetos o regalos como invitación.

Por ejemplo, si fuera una invitación para un baile de máscaras, la invitación podría ser una máscara con una tarjetita especificando el lugar, el día, la hora, la etiqueta y todos los detalles necesarios. Sería una invitación útil (ya que, en ocasiones, las tarjetas acaban en los cajones) y muy molona que animaría aún más a los invitados a asistir a la fiesta.

Entonces, cuando estéis organizando un evento y sea el momento de decidir qué tipo de invitación hacer, pensad en quiénes la van a recibir y qué les va a generar más mariposas en el estómago. Porque así no podrán resistirse a contestaros con un: ¡ASISTIRÉ, no me lo voy a perder!