El catering
La comida puede marcar la diferencia entre inolvidable y olvidable
Este mes toca hablar de los momentos wow, increíbles, fantásticos… es decir, de aquel hecho aparentemente cotidiano pero que genera en el invitado una sensación espectacular y que le hace sentir que es el mejor evento al que ha asistido: la comida.
Desde mi punto de vista, quien tiene la voz definitiva en la valoración final de una fiesta, boda… es sin duda la comida. El espectáculo y las sorpresas son importantes, claro, pero la comida es fundamental. Seamos sinceros, ya podemos estar viendo algo súper bonito, que si el hambre aprieta, da igual el resto del mundo. Queremos comer y ¡quedarnos satisfechos! Es por eso por lo que recomiendo no subestimar la elección del catering, restaurante… de una fiesta o boda. Debido a la importancia que tienen el olfato y las papilas gustativas, un fallo gastronómico puede suponer que la experiencia de los invitados pase del 10 al 5. En cambio, un menú delicioso puede hacer que los maravillosos sabores perduren en la memoria de los invitados y que disfruten al máximo de la celebración.
Una vez dicho esto y de haber entendido que se debe dedicar unos minutos a pensar en la dieta del evento. Existe otro factor a tener en cuenta.
El mundo está lleno de culturas, lo que ha permitido que en cada una de ellas se elaboren diferentes manjares. Así que, no todas las personas tenemos el mismo paladar ni las mismas costumbres.
Por ejemplo, en China es habitual comer las ancas de las ranas, en cambio en España eso es impensable. ¿Con esto qué quiero decir? Que cuando estéis organizando la comida de un evento/boda, se debe pensar en quiénes van a asistir (sus culturas y costumbres alimenticias, niños y/o adultos, alergias, veganos, vegetarianos…).
También hay que decidir si los asistentes estarán de pie o sentados. La duración de la comida o si habrá más de una comida durante la fiesta o boda. De este modo, a la hora de elegir el menú escogeremos teniendo en cuenta toda esta información recopilada.
Una opción podría ser un Menú Degustación. Donde los asistentes son adultos y están habituados a los platos minimalistas, con texturas y modernas estéticas visuales. Por otro lado, estaría el Menú Clásico. Se suele servir una sopa como entrante. Un pescado de primer plato. Una carne de segundo y un postre. Siendo un menú afín a niños y adultos.
Sin darnos cuenta todos pensamos en nuestros gustos y comidas favoritas a la hora de elegir un menú. Pero debéis acordaros también de los invitados 😉. Podéis combinar vuestras preferencias con las de vuestros invitados y así encontrar el equilibrio ideal. Si por ejemplo sois veganos, se pueden elegir 4 platos veganos y 4 que no lo sean. Y de la misma forma si sois amantes de la carne, el pescado, las ensaladas… En la variedad está la alegría.
En definitiva, la comida en un evento quizá no es perfecta para todos los invitados. Si investigamos un poco sobre los gustos, ¡se puede intentar que lo sea!